Terapia valencia

La depresión valencia puede ser algo sumamente difícil de sobrellevar: esta enfermedad afecta a cada vez más personas y existen algunos factores de nuestra vida diaria que pueden incluso profundizar la manera en la que la misma s emanifiesta. En esta oportunidad revisaremos algunos consejos y recomendaciones para lograr bienestar.

Depresión valencia «caja de herramientas de bienestar» para la depresión

Si bien lo mejor para tratar la Depresión valencia es contactar con un profesional, también podemos hacer algunas cosas de autocuidado para sentirnos un poco mejor. Crea una lista de cosas que puedes hacer para mejorar tu estado de ánimo rápidamente sobre todo para aquellos momentos en los que realmente te sientes mal. Cuantas más «herramientas» para hacer frente a la depresión tengas a mano, mucho mejor. Prueba e implementa algunas de estas ideas todos los días, incluso cuando te sientas bien, para caminar de apoco al bienestar.

  • Pasar un tiempo en la naturaleza.
  • Haz una lista de lo que te gusta de ti
  • Leer un buen libro
  • Mirar una película o programa de televisión divertido
  • Tomar un baño largo y caliente
  • Realizar algunas tareas pequeñas de cuidado como tener una planta o limpiar la casa
  • Jugar con una mascota
  • Hablar cara a cara con amigos o familiares.
  • Escuchar música
  • Hacer algo espontáneo

La alimentación como herramienta contra la depresión

Lo que comes tiene un impacto directo en la forma en que te sientes. Algunas personas encuentran que las modificaciones dietéticas, los suplementos nutricionales y los remedios herbales pueden ayudar a aliviar los síntomas de la depresión. Algunas de las cuestiones a tener en cuenta incluyen:

  • Reducir el consumo de sal, grasas no saludables, cafeína, azúcar / carbohidratos refinados y alcohol puede ayudar a mejorar los síntomas de depresión.
  • No saltear comidas. Pasar demasiado tiempo entre comidas puede hacer que te sientas irritable y cansado, así que intenta comer algo al menos cada tres o cuatro horas.
  • Aumenta tus vitaminas B.  Las deficiencias en vitaminas B como el ácido fólico y B-12 pueden desencadenar la depresión. Para aumentar su consumo, coma más cítricos, verduras de hoja verde, frijoles, pollo y huevos. Se ha demostrado que la vitamina B-6 junto con el calcio, el magnesio, la vitamina E y el triptófano benefician a quienes padecen depresión.
  • Comer alimentos con ácidos grasos Omega-3.  Los ácidos grasos Omega-3  juegan un papel esencial en la estabilización del estado de ánimo. Las mejores fuentes son los pescados grasos como el salmón, el arenque, la caballa, las anchoas, las sardinas y el atún, u opciones vegetarianas como las algas, las semillas de lino y las nueces.
  • Aseguráte de obtener suficiente hierro.  Los niveles bajos de hierro pueden producir síntomas comunes de depresión, como irritabilidad, fatiga y dificultad para concentrarse. Los alimentos ricos en hierro para agregar a tu dieta incluyen carne roja, frijoles, verduras de hoja verde y frutas secas.

La importancia de una buena dosis de luz solar

La luz solar puede ayudar a aumentar los niveles de serotonina y mejorar el estado de ánimo por lo que puede ser una gran aliada al combatir esta enfermedad. Apunta al menos 15 minutos de luz solar al día. Quítate las gafas de sol (pero nunca mires directamente al sol) y usa protector solar según sea necesario, pero date el tiempo todos los días para tener contacto con el sol y aprovechar todos sus beneficios.

Da un paseo en la hora del almuerzo, toma un café al aire libre, disfruta de una comida al aire libre, observa a la gente pasar en un banco del parque o pasa el tiempo en el jardin.

Duplica los beneficios de la luz solar haciendo ejercicio al aire libre. Intenta caminar en un parque local o jugar golf o tenis con un amig al aire libre para tomar todo el sol posible mientras te diviertes y cuidas tu cuerpo y tu mente.

Aumenta la cantidad de luz natural en su hogar y lugar de trabajo abriendo persianas y cortinas y sentándote cerca de las ventanas.

La depresión da un giro negativo a todo, incluida la forma en que te ves a ti mismo y tus expectativas para el futuro. Cuando este tipo de pensamientos te abruman, es importante recordar que este es un síntoma de la misma depresión y que estas actitudes irracionales y pesimistas, conocidas como distorsiones cognitivas, no son realistas.

Puedes desarrollar una forma de pensar más equilibrada identificando el tipo de pensamientos negativos que contribuyen a tu depresión y luego aprendiendo a reemplazarlos con una forma de pensar más equilibrada. Estas son algunas de las formas negativas y poco realistas de pensar que alimentan la depresión:

Pensamiento de todo o nada : mirar las cosas en categorías de blanco y negro, sin punto medio («Si no llego a la perfección, soy un fracaso total»)

Sobregeneralización : generalizando a partir de una sola experiencia negativa, esperando que sea válida para siempre («No puedo hacer nada bien»)

El filtro mental : ignorar los eventos positivos y centrarse en lo negativo. Notar la única cosa que salió mal, en lugar de todas las cosas que salieron bien.

Disminuyendo lo positivo : presentando razones por las cuales los eventos positivos no cuentan («Dijo que la pasó bien en nuestra cita, pero creo que solo estaba siendo amable»).

Saltar a conclusiones : hacer interpretaciones negativas sin evidencia real. Actúas como un lector mental («Debe pensar que soy patético») o un adivino («Estaré atrapado en este trabajo sin salida para siempre»).

Razonamiento emocional : creer que la forma en que te sientes refleja la realidad («Me siento como un perdedor. ¡Realmente no soy bueno!»)

‘Deberías’ y ‘no deberías’ : mantenerte en una lista estricta de lo que debes y no debes hacer, y golpearte si no estás a la altura de tus reglas.

Etiquetado : clasificarse según los errores y las deficiencias percibidas («Soy un fracaso; un idiota; un perdedor»).