En la actualidad es muy frecuente que nos volvamos expertos en hacer muchas cosas a la vez y en no prestar demasiada atención a ninguna de ellas: en casa, doblas la ropa mientras vigilas a los niños y además miras la televisión de reojo. Planificas tu día mientras escuchas la radio y viajas al trabajo, y luego planificas tu fin de semana sin demasiado entusiasmo mientras te distraes con otra cosa. Pero en la prisa por realizar las tareas necesarias de la vida cotidiana, es posible que perdamos nuestra conexión con el momento presente, perdiendo el foco en lo que estamos haciendo y cómo nos sentimos en ese instante. ¿Cuándo fue la última vez que prestaste atención a cómo se siente tu cuerpo por la mañana o a la calidad de tu descanso?
La atención plena o también conocida en inglés como “mindfulness” es la práctica de enfocar deliberadamente tu atención en el momento presente y aceptarlo sin juzgar. Esta práctica cuenta con un sinfín de avales dentro de la comunidad científica y se ha descubierto que es un elemento clave en la reducción del estrés y la felicidad general.
¿Cuáles son los beneficios de la atención plena?
El cultivo de la atención plena tiene raíces en el budismo, pero la mayoría de las religiones incluyen algún tipo de técnica de oración o meditación que ayuda a alejar los pensamientos de las preocupaciones habituales hacia una apreciación del momento y una perspectiva más amplia de la vida.
El profesor emérito Jon Kabat-Zinn, fundador y ex director de la Clínica de Reducción del Estrés del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, ayudó a llevar la práctica de la meditación de atención plena a la medicina convencional y demostró que practicar mindfulness puede mejorar tanto los síntomas físicos como psicológicos de diferentes afecciones, así como generar cambios positivos en el bienestar general y en actitudes y comportamientos.
La atención plena mejora el bienestar general de quienes lo practican
Ser consciente del momento presente y de lo que hacemos hace que sea más fácil saborear los placeres de la vida a medida que ocurren, te ayuda a participar plenamente en las actividades que realizas y crea una mayor capacidad para lidiar con los eventos adversos cuando estos aparecen. Al centrarse en el aquí y ahora, muchas personas que practican la atención plena descubren que es menos probable que se vean atrapadas en preocupaciones sobre el futuro o que se arrepientan del pasado, que están menos preocupadas por cuestiones como el éxito y la autoestima, y que están mejor capacitadas para formar conexiones profundas con los demás.
La atención plena mejora la salud física
Si un mayor bienestar general no es un incentivo suficiente, los científicos han descubierto que las técnicas de atención plena ayudan a mejorar la salud física de varias maneras. La atención plena puede: ayudar a aliviar el estrés, tratar enfermedades del corazón, bajar la presión arterial, reducir el dolor crónico, mejorar el sueño y aliviar las dificultades gastrointestinales.
La atención plena mejora la salud mental
En los últimos años, los psicoterapeutas han recurrido a la meditación consciente como un elemento importante en el tratamiento de una variada serie de problemáticas, que incluyen: depresión, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, conflictos de pareja, trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo.
¿Cómo funciona la atención plena?
Algunos expertos creen que la atención plena funciona, en parte, ayudando a las personas a aceptar sus experiencias, incluidas las emociones dolorosas, en lugar de reaccionar ante ellas con aversión y evitación.
Es cada vez más común que la meditación de atención plena se combine con la psicoterapia, especialmente con la terapia cognitivo-conductual. Esta conexión tiene absoluto sentido, ya que tanto la meditación como la terapia cognitiva conductual comparten el objetivo común de ayudar a las personas a obtener una perspectiva sobre los pensamientos irracionales, desadaptativos y autodestructivos.
La importancia de la práctica constante
“Cada mañana nacemos de nuevo. Lo que hacemos hoy es lo que más importa». – Buda
Si bien todos tenemos algo que ganar al practicar la atención plena, hay una cuestión importante a tener en cuenta cuando decidimos comenzar a ponerla en práctica: para obtener los máximos beneficios posibles, debe hacerse de manera frecuente y con constancia. Si bien no siempre es sencillo incorporar nuevos hábitos, les recomendamos tener en cuenta estas recomendaciones para comenzar a poner en práctica el mindfulness de manera efectiva:
Encuentra la motivación y la intención correctas. Si estás experimentando un día ajetreado o simplemente no tienes ganas de practicar la atención plena, puede ser útil que te recuerdes por qué has decidido comenzar y qué beneficios tendrá para ti.
Encuentra la actitud y atención correctas. Cada práctica será diferente, pero trata de no pensar en ellas como «mejores» o «peores». No existe una mala manera de practicar la atención plena, algunas sesiones serán más sencillas y otras más complicadas, pero ninguna mejor o peor que la otra.
Encuentra el momento correcto. Así como cada práctica será diferente, el período de tiempo apropiado para tu práctica también puede variar. Algunos días puedes necesitar solo unos minutos, y otras veces es posible que desees seguir un poco más para asegurarte de tener una experiencia gratificante.
Encuentra el lugar y la postura correctos. Es importante sentirse seguro y protegido a la hora de hacer mindfulness, donde sea que decidas practicar. Esto puede ser en un cojín en el piso, en la silla de tu oficina en el trabajo, o incluso sentado en tu automóvil en el tráfico. Te beneficiarás de encontrar un lugar cómodo y familiar para tu práctica habitual, pero tampoco hay nada de malo en cambiar el lugar de práctica de mindfulness cuando lo sintamos necesario o cuando nuestro sitio frecuente no esté disponible.