Nutriendo a nuestros hijos de inteligencia emocional

¿Buscas nutrir la inteligencia emocional de tus hijos? Tenemos algunas estrategias de crianza en base a la inteligencia emocional que te ayudarán a desarrollar la empatía y conciencia emocional, y preparar a tus hijos para el éxito de por vida.

¿Por qué es importante la inteligencia emocional para los niños?

Establecer el respeto por las emociones es la responsabilidad de crianza más importante que tienes como padre: si tu y tu pareja se tratan entre sí y a los niños con conciencia emocional y empatía, es mucho más probable que tus hijos disfruten de una buena salud mental, relaciones estables y satisfactorias y una vida laboral gratificante. Veamos algunas prácticas fundamentales para padres que ayudarán a desarrollar la inteligencia emocional de sus hijos:

Siempre se transmite con el ejemplo

Tus hijos aprenden de lo que ven de tí, a través de sus acciones, mucho más de lo que pueden aprender de tus palabras. Si no puedes comunicar tus emociones a través de tu comportamiento, probablemente tus hijos no respetarán sus propias emociones ni sabrán como transmitirlas a los demás. Educar con el ejemplo es la mejor manera de hacerlo.

Siempre se aprende de los hijos

Los niños cuentan con una sensibilidad emocional diferente y sumamente rica, a diferencia de los adultos que ya nos hemos visto influenciados por el mundo que nos rodea de una manera mucho más profunda. Ellos hacen amigos fácilmente y retienen su capacidad de alegría porque son naturalmente empáticos y están instintivamente listos para sentir las emociones por completo y luego dejarlas ir cuando ya las hayan superado. Entonces, escucha y aprende; definitivamente podrás nutrir tu propia inteligencia emocional y establecerás flexibilidad y respeto mutuo en la familia.

Cuando las historias se repiten

Los adultos muchas veces cargamos con ciertas limitaciones emocionales en virtud de las xperiencias que tuvimos en el pasado, y tansmitir esas cosas a nuestros propios hijos se vuelve el camino facil. Escribe una lista de las cosas que tus padres te dijeron cuando eras sniño; incluso puedes anotarlas en un pedazo de papel y ponerlas en tu billetera como una forma simbólica de guardarlas en tu memoria y tener siempre un recordatorio de aquello que no quieres repetir. Cuando estés cansado e irritable, saca esa lista y observa tus propios sentimientos mientras la lees. Este recordatorio debería evitar que ignores los sentimientos de advertencia que surgen cuando comienzas a repetir esas conductas antiguas con tu familia.

Disculparse siempre cuando se cometen errores

Seamos realistas, todos los padres bajamos la guardia de vez en cuando y nos equivocamos en la crianza de nuestros hijos. Afortunadamente, tienes una herramienta simple para garantizar que tus errores no causen daños permanentes: se llama disculpa, y resulta bastante útil durante la paternidad. Disculpate con tus hijos cuando te equivoques y no temas expresar tus emociones y sentimientos, esto es clave para una crianza con alta inteligencia emocional.

Utiliza tu propia inteligencia emocional en la crianza

Nadie puede reducir las complejidades de criar niños a una lista de reglas simples: a través de la conciencia emocional y la empatía, encontrarás las cosas correctas para decir y hacer con tu hijo en cualquier momento. Dicho esto, hay situaciones que surgen en casi todas las infancias y crianzas que desafían la capacidad de los padres para reconocer la valía de los sentimientos de los niños, pero tenemos algunas opciones para incorporar inteligencia emocional en tus respuestas a estas situaciones.

¿Qué hacer con los niños mandones?

Cuando tu dulce hijo comienza a actuar como muchos niños en algún momento, la respuesta de un padre con baja inteligencia emocional es decirle que está haciendo algo mal. Por lo general en dichas circunstancias, los niños no escuchan ya que se encuentran encajados en su modo de pensar en el momento. La manera “emocionalmente inteligente” de afrontarlo es permitirles cometer sus propios errores y aprender de ellos. Si eso no te parece lo suficientemente activo, también puedes intentar decir algo como «No me gusta cuando alguien me habla de esa manera». También te recomendamos estar atento a los momentos en lo que esto sucede alrededor de tu hijo para apelar a la empatía del pequeño cuando otra persona está siendo mandona y preguntarle: «¿Cómo crees que eso hace sentir al otro niño?”

Los clásicos berrinches en la infancia

Todos los padres conocemos los berrinches, y lo cierto es que la respuesta emocionalmente inteligente es tan sencilla como ignorar la situación por completo. Respondiendo de esta manera le envias el mensaje de que te niegas a ser manipulado por esa conducta. Lo cierto es que los niños que obtienen una respuesta cuando hacen un berrinche aprenden hábitos emocionales poco saludables que solo dañarán sus relaciones a medida que crecen.

Inteligencia emocional con adolescentes

La adolescencia crea dificultades para muchas familias, porque nadie sabe exactamente cómo abordar los enormes cambios que están experimentando los adolescentes en ese confuso momento de su vida. Necesitarás toda tu empatía para seguir entendiendocuando el trastorno hormonal convierta a tus adorables hijos en rebeldes irritables e impredecibles. También se necesita una fuerte conciencia activa para seguir siendo la fuente de seguridad y sabiduría que tus hijos adolescentes necesitarán más que nunca.

No te obsesiones con ser aceptado

Si es importante para ti que tus hijos piensen que eres un padre genial, esto está respondiendo a tus propias necesidades, no a las de ellos. Debes poder permitir que se afirmen de manera que no afecten el resto de las necesidades y derechos de la familia, incluso si eso significa que te rechacen un poco.

Padres generosos con sus hijos adolescentes

Tener hijos adolescentes que nos desafían constantemente puede ser algo realmente difícil, pero lo cierto es que continuar haciéndoles saber que los amas, aunque no les permitas hacer todo lo que quieran hacer, es clave para entrenarnos en inteligencia emocional y que se transformen en adultos estables y sanos.