No es noticia conocer a una pareja que ha estado luchando durante años para tener un hijo sin éxito: un hijo propio siempre es una fuente de felicidad, y no conseguirlo puede ser estresante para cualquier pareja y definitivamente para la mujer que debe lidiar con la situación.
Los motivos más frecuentes de infertilidad femenina
La infertilidad se refiere a la situación en la que una mujer no puede concebir: esta condición puede deberse a varias razones, como el estilo de vida, el sobrepeso, el estrés u factores naturales más allá del control humano. Veamos algunos de los motivos más habituales:
Peso corporal poco saludable
¿Eres consciente de que el sobrepeso o el bajo peso es uno de los motivos más habituales de infertilidad en las mujeres? Quienes sufren de obesidad tienen las mayores posibilidades no solo de infertilidad sino también de sufrir un aborto espontáneo. Afortunadamente, estas condiciones no son permanentes y tomando las medidas correctas para perder peso se puede restaurar la fertilidad.
Problemas de ovulación
Muchas mujeres se vuelven infértiles debido a problemas de ovulación, y algunas ni siquiera piensan que sea un problema de qué preocuparse cuando esto sucede. El problema es causado por el síndrome de ovario poliquístico y es uno de los desequilibrios hormonales que alteran la ovulación regular en las mujeres. Este trastorno es tratable a través del diagnóstico y otras prácticas médicas por lo que es fundamental visitar a un médico para recibir una respuesta adecuada si existe sospecha de que puede estar pasando esto.
Anormalidades uterinas
La anormalidad uterina es una condición crítica que resulta en infertilidad en las mujeres. Se dice que la condición tiene un efecto significativo en la implantación del óvulo fertilizado y además, conduce a sufrir fibromas, un tejido muscular que se desarrolla en la pared del útero. Esto está altamente asociado con los problemas reproductivos de las mujeres y, por lo tanto, si no se presta la atención adecuada, puede provocar abortos espontáneos e infertilidad.
El impacto emocional de la infertilidad
Las emociones asociadas con la infertilidad provienen tanto del interior como del exterior: en muchas comunidades, la demanda de tener hijos se inculca a una edad muy temprana, a menudo con un sentido de urgencia por parte de aquellos que le recordarán de manera constante que el «reloj está corriendo» y que si se sigue esperando para concebir, será demasiado tarde.
Cuando te enfrentas a este tipo de estrés emocional, es importante separar los sentimientos y las expectativas que te han impuesto terceros de aquellas cosas que tú misma te has impuesto. Muchas veces cuando alcanzamos la adultez y vamos transitando determinadas etapas solemos caer en la comparación y entramos en una carrera con otras parejas para ver cuál logra determinado hito primero: lo cierto es que en lo que se refiere a concebir y a la infertilidad, la comparación puede ser sumamente traumática, dolorosa y provocar una gran cantidad de estrés y ansiedad.
Identificando tus sentimientos
La mayoría de las veces, las emociones asociadas con la infertilidad no son causadas por una sola cosa, suelen estar enredados junto con las expectativas que han creado terceros para ti y las tuyas propias. Superar el impacto negativo emocional de la infertilidad requiere que identifiques y nombres las emociones que puedas estar sintiendo. Pueden manifestarse los siguientes:
- Sentimientos de fracaso o insuficiencia
- Sentimientos de pérdida
- Sentimientos de culpa
- Sentimientos de ser juzgado
- Sentimientos de vergüenza
- Celos o ira
- Miedo al rechazo o al abandono.
- Pérdida de autoestima
- Estrés financiero
Una vez que hayas identificado tus sentimientos acerca de la infertilidad y de la situación que estás viviendo, es momento de considerar de qué tratan esos sentimientos, de dónde provienen y a quién se dirigen esos miedos.
Tomemos como ejemplo el sentimiento de culpa, siendo sumamente habitual: ¿Pero culpa por qué? ¿Están esos sentimientos basados en las expectativas de los demás? ¿Y por quién te sientes culpable? ¿Por tu cónyuge? ¿Tu familia? ¿El futuro que te habías imaginado? Al hacerte estas preguntas, podrás comenzar a comprender estas emociones y compartirlas con un terapeuta para que pueda ayudarte a superar la situación de la mejor manera posible.