La “inteligencia emocional” es esencial para el desenvolvimiento social y espiritual en cualquier campo de la vida, y definitivamente se vuelve más necesaria donde sea menos probable que la encontremos: en el trabajo. El lugar de trabajo sigue siendo el último bastión de la adoración de la inteligencia y la frialdad personal, ya que muchos aún creen que ser humano en el marco laboral puede interferir con la productividad.
En el trabajo, no existen lazos afectivos que nos motiven a llevarnos bien con los demás como sí sucede en la vida privada o en el hogar: no contamos con el beneficio de un historial compartido de experiencias vividas para ayudarnos a comprender qué mueve a quienes nos rodean. Eso hace que sea aún más importante contar con una forma de sintonizarse con lo que necesitan las personas con las que trabajamos, y ser buenas líderes mujeres y buenas compañeras de trabajo es fundamental para marcar el camino.
Como mujeres se vuelve fundamental poder aprovechar esa conciencia activa y la empatía que fluye de ella, y el uso de elementos básicos de la inteligencia emocional puede ayudarte a lograr el éxito y resolver problemas en el trabajo como la mejor.
Los cuatro elementos de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional se compone de cuatro elementos: la autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones. Para poder aplicar las estrategias de manera eficiente es fundamental que nos tomemos unos minutos para entender de qué se tratan estos elementos básicos.
Conciencia de uno mismo
Es la capacidad de reconocer tus propias emociones y su impacto mientras utilizas los sentimientos que surgen desde allí para tomar decisiones. ¿Puedes entrar en una habitación, conocer a un extraño, asistir a una reunión y sentir rápidamente que algo no es lo que parece? Conocido históricamente como «intuición», este conocimiento instintivo se basa en la inteligencia emocional.
La capacidad para gestionarse
Esta es la aptitud de controlar tus emociones y comportamientos y adaptarte a circunstancias cambiantes. ¿Puedes aprovechar adecuadamente tu enojo, decepción o miedo para que esas emociones no interfieran con tu capacidad para escuchar o resolver problemas? Este es un pilar para liderar con inteligencia emocional.
La conciencia social
Se trata de la capacidad de sentir, comprender y reaccionar a las emociones de los demás y de sentirse cómodo socialmente. ¿Puedes darte cuenta cuando involuntariamente estás haciendo que otra persona se sienta incómoda o cuando alguien que está sonriendo está en realidad molesto?
La gestión de relaciones
La aptitud de inspirar, influir y conectarse con los demás y gestionar los conflictos. ¿Puedes mantener la calma, la energía y la concentración frente a la angustia de otra persona o durante una situación inquietante? ¿Puedes aplacar el conflicto con humor o escuchando convincentemente el punto de vista de otra persona?
Cómo convertirse en un líder emocionalmente inteligente
Debido a que la inteligencia emocional es un recurso instintivo que se puede bloquear pero no eliminar, el liderazgo emocionalmente inteligente es una habilidad que se puede aprender y enseñar a lo largo de la vida. Cuando somos lo suficientemente valientes para aprender del dolor de los errores que hemos cometido al tratar con los demás, nos convertimos en líderes emocionalmente inteligentes a través de prueba y error.
Sintonizar con los instintos internos
Tómate un tiempo para reflexionar todos los días y entrar en contacto con tus instintos centrales: esto se logra reduciendo la velocidad de la rutina y de la cabeza lo suficiente como para comprender los mensajes que nuestro cuerpo nos envía constantemente a través de nuestros sentimientos físicos y emocionales. El lenguaje del cuerpo no es verbal, y descifrarlo requiere tiempo y esfuerzo por lo que la desaceleración necesaria para sintonizarnos con nuestros sentimientos y sensaciones solo se logra a través de la quietud y la meditación.
El conocimiento instintivo que nos mantiene constantemente informados de nuestros problemas más urgentes y valores más profundos también informa la capacidad crítica de saber cuándo no sabemos, cuándo no tenemos suficiente información o la información correcta para tomar una buena decisión. Debido a que las líderes emocionalmente inteligentes extraen, en su toma de decisiones, tanto de recursos intelectuales basados en el pensamiento como de recursos intuitivos basados en los sentidos, tienen una mayor cantidad de datos de los que extraer lo que hace que su comunicación sea más efectiva y sus decisiones más sólidas.
Conectar pensamiento y sentimiento
Haz un esfuerzo por conectar a tus pensamientos con tus sentimientos y a tus sentimientos con tus pensamientos. Desafortunadamente, el lenguaje no verbal del cuerpo puede manifestarse con una mente que no para de trabajar y de pensar lo que dificulta escucharte a ti misma a un nivel instintivo. Las personas que se esfuerzan por mantener una conexión entre lo que piensan, dicen y hacen, por un lado, y lo que sienten, por el otro, aportan la sabiduría de sus instintos básicos a sus decisiones y acciones.
Practicar la comunicación no verbal
La buena comunicación es casi en su totalidad no verbal. Los expertos reconocen que el contacto emocional, en su mayoría no verbal, tiene el poder de mitigar el trauma tanto físico como emocional, mientras que la falta de contacto emocional puede empeorarlo. Los líderes emocionalmente inteligentes que están en sintonía con sus propias comunicaciones no verbales y las de los demás pueden transmitir y recibir información que va mucho más allá de las palabras en el ámbito de la curación.
Desarrolla tu capacidad de empatía
La empatía es la capacidad de evaluar una situación a través de los ojos y el corazón de otra persona, ya sea que esté de acuerdo con esa persona o no. Por lo general, las personas sienten más lealtad y están dispuestas a trabajar más duro por aquellos que se esfuerzan por «sintonizarse con ellos», y mostrar interés en lo que la gente a tu alrededor siente o necesita y poder observar lo que sucede a tu alrededor desde su perspectiva definitivamente marca una diferencia en tu posición de liderazgo como mujer.