Los placeres son una parte fundamental de la vida, y encontrar espacios para darnos esos momentos que nos gratifican es trascendental. Es esencial que hagamos cosas que disfrutamos, que aprovechemos las oportunidades que se nos presentan sin pensar demasiado en ello, sin expectativas, simplemente con el deseo de experimentar la vida. Para poder darnos la oportunidad de disfrutar de lo que nos gusta sin culpas ni miramientos, es fundamental poder trabajar con el psicólogo valencia autoestima para amarnos y amar a los demás con libertad.
Amarse a uno mismo es complicado, pero es esencial para que otros también nos amen. Enamórate de tu cuerpo, defectos, virtudes, de cada cosa que despierta tu pasión, de la forma en que sonríes y caminas por la vida.
Psicólogo valencia autoestima: amate a ti mismo
Amarse a uno mismo es una parte fundamental de sentirse bien, para que otros puedan amarnos, para que podamos disfrutar y ser felices. A veces es complicado, porque nos criticamos y podemos convertirnos en nuestro peor enemigo por lo que trabajar adecuadamente en el tema del amor propio con un psicólogo valencia autoestima puede ser una gran manera de asegurarnos de ir por el buen camino.
La autoestima es la percepción evaluativa que tenemos de nosotros mismos: en otras palabras, es cómo nos vemos y valoramos, y tiene cuatro elementos fundamentales según los especialistas en psicólogo valencia autoestima:
- Autoconcepto: lo que piensas de ti mismo
- Autoimagen: cuánto te gustas a ti mismo
- Autorrefuerzo: cuánto te recompensas
- Autoeficacia: cuánta confianza tienes en ti mismo
Para reforzar estos cuatro elementos que conforman la autoestima, vivir en paz con nosotros mismos y ser más felices, sugerimos algunas acciones simples que puedes tomar para apreciar todo lo bueno que hay dentro de ti.
No te compares
Durante la adolescencia comenzamos un análisis detallado de nuestro físico, y el resultado es que siempre hay algo en exceso o algo que falta en comparación con los estándares que nos hemos fijado. Criticamos el color de nuestro cabello, nuestras piernas, nuestros dientes. Insistimos en encontrar nuestros defectos. También nos comparamos con otras personas. Las personas que consideramos más atractivas, por lo tanto, nos hacen sentir mal.
Las comparaciones son perjudiciales, porque el concepto de belleza varía mucho de una persona a otra. Es un concepto totalmente subjetivo. Lo que podemos considerar hermoso, otra persona podría considerar feo o viceversa. Por lo tanto, las comparaciones son inútiles.
Descubre y resalta las cosas que te gustan de ti mismo: vístete como quieras, no como otros esperan que te vistas. Si te sientes bien, eso es lo que importa. Tienes cualidades únicas que nadie más tiene, descúbrelas y maximiza su verdadero potencial.
Inventa tu propio concepto de belleza
El concepto de belleza no es solo algo subjetivo, sino que depende mucho de la época en la que nos encontramos. Por ejemplo, hace algún tiempo, una mujer gordita y blanca con labios rojos se consideraba hermosa, mientras que la definición actual de belleza es radicalmente diferente. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es crear tu propio concepto de belleza.
Recompénsate
Si no te recompensas a ti mismo ni te dedicas tiempo tu autoestima será nula o insuficiente. El amor propio, en principio, no es muy diferente a lo que significa amar a otras personas y todo lo que ello conlleva.
Por lo tanto cuida tu cuerpo y mente, haz cosas que disfrutes, cosas que te brinden placer. Sonríe y sal y comparte esa sonrisa con el mundo. Si te gusta ir al cine, ve. Si te gusta andar en bicicleta, sal y monta. Si te gusta leer, compra algunos libros y léelos. Recompénsate y recuérdate constantemente lo mucho que te quieres y aprecias.
Deshazte de las creencias represivas
Las creencias represivas que nos impiden reforzar nuestra autoestima son las siguientes cuatro:
- El culto a la costumbre. Es la adoración de una serie de comportamientos que se consideran normales y que todos deberíamos tener, pero ese tipo de comportamiento no nos permitirá innovar y cambiar.
- El culto a la racionalización. Nos convertirá en robots, simplemente acostumbrados a evaluar nuestros sentimientos para ver si son convenientes. Hay algunas cosas que no están hechas para ser pensadas sino simplemente experimentadas.
- El culto al autocontrol. Tratando de controlar cada sentimiento y emoción. Por supuesto, es necesario un autocontrol equilibrado para evitar comportamientos destructivos, pero no debemos esforzarnos por la contención absoluta de los sentimientos y las emociones.
- El culto a la modestia. Esto te hará no valorar tu éxito o esfuerzos. No se trata de jactarse de tus logros, sino de reconocer nuestro potencial, sin excusas ni culpas, para ser realistas, ver tus cualidades y apreciar sus esfuerzos.
Déjate amar
En nuestra sociedad actual, todo pasa demasiado rápido. Todos somos muy independientes, pero necesitamos hacer una pausa por un segundo y dejarnos amar. Si te sientes mal, deja que alguien te escuche y te cuide. Si algo te preocupa, compártelo con alguien y deja que te abrace y bese. Siente el amor en cada gesto, cada mirada, y déjate amar.